¿Por qué decidí emprender?

Hoy decidí dejar el miedo atrás.
Hoy decidí vencer esa voz limitante que se alimenta de miedos, pereza y mediocridad.
Hoy decidí arriesgarme, ir por la vida que merezco.
Hoy decidí luchar por darle a mi familia una mejor calidad de vida.
Hoy decidí que mi tiempo y mi felicidad no pueden ser negociables.
Hoy decidí ser dueña de mi tiempo, sacar provecho a mi creatividad, trabajar no bajo presión sino bajo pasión.
Hoy decidí tirar la vaca por el precipicio, cogerla por las cuatro patitas para arrojarla por la ventana.
Hoy decidí trabajar en mi propósito de vida, en ese “Para qué” con el cual podré ayudar a más personas.
Hoy decidí explotar mis fortalezas para generar un beneficio en la sociedad.
Hoy decidí trabajar más en mí.
Hoy decidí tomar la rienda de mi vida.
Hoy decidí emprender...


Seguro te preguntarás, estimado lector, cuál fue el motivo de una decisión tan importante y aquí te lo contaré.
Al igual que la mayoría de las personas en Latinoamérica y otras partes del mundo, crecí en una familia tradicional cuyas ideas en cuanto a las finanzas y progreso eran demasiado "conservadoras", seguramente alguna de estas frases te sonará conocida: “Estudia una carrera universitaria que tenga mucha fuente trabajo y demanda, porque está muy difícil la situación”, “Saca buenas calificaciones para que puedas aspirar a un buen empleo”, “Ahorra para el tiempo de vacas flacas y alguna emergencia”, “Ahorra para que vayas comprando tus ‘cositas’ (aquellos objetos que anteriormente se consideraban activos y que hoy en día son considerados pasivos, ejemplo: casas, autos, equipos de sonido, televisores, etc.)”, “Trabaja muchos años para después disfrutar”, “Trabaja para lograr una buena pensión y/o jubilación”, etc.

¿Te suena alguna de estas frases? Lo más seguro es que sí.
Esto es una realidad en toda Latinoamérica; dichas ideas prevalecen incluso en pleno Siglo XXI, donde la era industrial ha quedado atrás para abrir las puertas a la era de la informática, en la cual hoy en día podemos tener acceso a una cantidad ilimitada de información tan sólo teniendo un dispositivo móvil conectado a internet, incluso cuando cientos de libros de gurús de las finanzas han sido publicados.
Sin embargo, ¿qué fue lo que me llevó a cambiar ese paradigma? Podría decirte que las cosas llegaron a mí como si se tratase de una epifanía, por lo cual estoy plenamente agradecida. Me atrevo a decir que siempre me ha gustado mucho la lectura, pues esta ha sido uno de los pasatiempos que tengo desde que era una niña, sin embargo, aun siendo universitaria, los libros sobre finanzas y desarrollo personal no eran de mi agrado, ¡me aburrían! Así es estimado lector, terminé la universidad y seguía sin leer libro alguno que tuviera alguna temática parecida.

Mi interés cambió cuando llegué a mi servicio social, que fue la época donde comencé a pensar seriamente en qué iba a hacer después de terminar la carrera, a dónde me iba a ir y qué podía hacer para mejorar mis finanzas, pues en ese entonces ya casi terminaba mi ingeniería y tenía planes de estudiar una carrera adicional, para lo cual necesitaba poder solventar los gastos ejerciendo mi primera carrera. Durante ese transcurso en el cuál yo me encontraba realizando mi servicio en un instituto de investigación, conocí personas maravillosas, algunas de las cuales eran profesores que a su vez se encontraban realizando alguna actividad diferente a su trabajo para mejorar sus finanzas, lo cual en su mayoría era alguna empresa de Mercadeo en Red. Comencé a ir a algunas de éstas reuniones y realmente me encantaban, me parecía tan atractivo la idea de pararse frente a la gente y hablar, porque sin atisbo de vanidad alguno, ¡me encanta hablar en público! Y aprender de ellos era para mí, una idea genial. Al mismo tiempo me daba cuenta que la personalidad y forma de pensar que estas personas tenían era diferente a la mayoría de las personas, las cuales, podían pasar horas hablando de crisis, problemas, quejas del gobierno, mientras que mi nuevo círculo hablaba de oportunidades.
Comencé a empaparme de las mismas lecturas, videos y audios que escuchaban porque comenzó a crecer en mí el interés por la libertad financiera y de ahí no he parado.

Estimado lector, aunque por el momento no me encuentro en ninguna empresa de Mercadeo en Red, cabe señalar que lo que aprendí ahí incluso sin estar dentro, fue información que me cambió la vida, pues desde ese momento (hace ya 4 años) no he dejado de capacitarme en finanzas personales, no he dejado de estudiar a personajes exitosos, hoy en día sé que tener un empleo no está mal, pero que hay todo un mundo de oportunidades allá fuera, las cuales involucran un mayor esfuerzo pero los resultados son tan satisfactorios, como bien lo dicen los expertos, “trabaja unos años como nadie quiere para vivir una vida como pocos pueden”.
Hoy decidí dejar mi empleo, no tengo otro empleo donde ir, decidí tirar la vaca por el precipicio, la vaca que da la leche, esa goterita quincenal que al sentirla segura atentaba contra mi progreso financiero y me hacía caer en una zona de confort. Decidí quemar las naves, voy con la consigna de “O triunfas o mueres, si no vas por todo ¿a qué vas?”.

Me di cuenta que la vida es demasiado corta para no disfrutarla, para solo sobrevivirla, para bajar mis sueños al nivel de un sueldo, para pensar en cuánta vida me está costando mi salario, para no tener tiempo para mí y para mi familia, para hacer una actividad con la cual ya no vibro, para ejercer un trabajo donde no explotas tus talentos ni conocimientos. Me di cuenta que no quería que pasaran los mejores años de mi vida sin haber hecho lo que amo, sin sacar al ser extraordinario que llevo dentro, sin trabajar en mi pasión, en mi propósito de vida, en mi ‘Para qué’. Me di cuenta que no quería vivir como las mayorías que ven con pánico la llegada de un lunes y sólo son realmente felices los días de quincena, los fines de semana, cuando les dan un aumento, o cuando hay una suspensión de labores.

Le doy gracias a Dios y a la vida por enseñarme tantas lecciones. Porque he tenido días donde he flaqueado, donde me ha faltado motivación, donde me han querido robar los sueños, pero comprendí que no puedo estar en las minorías haciendo lo común, lo que hacen las mayorías.
Estimado lector, nos vemos en la cima, un afectuoso saludo y ¡FUERA MIEDO!



By: Mayte Ruiz Bustamante

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