Lo que no te cuentan del emprendimiento
Emprender es un proceso de aprendizaje y crecimiento
constante, no basta sólo con los conocimientos que te dieron en la escuela, de
hecho ¡Ni siquiera importa si fuiste o no a la escuela! Este punto suele ser
muy frustrante para quienes creen que el éxito vendrá a partir de un título
universitario, una carrera con un futuro prometedor o incluso mediante la
experiencia en un trabajo muy bien “remunerado”. La verdad es que cuando comenzamos
a emprender nos damos cuenta que muchos de los conocimientos que necesitamos no
los aprendemos en la escuela, pues jamás se nos enseñó cómo pagar impuestos, a
invertir, a administrar, a tener mayor control de nuestras emociones. Es en
este punto donde observamos que pasamos casi un cuarto de siglo entre exámenes
y apuntes para “llegar a ser alguien en la vida” y aun así, ese conocimiento no
es suficiente para prepararnos y enfrentar la vida allá afuera. Comprendes que
no ignoramos tanto y que el camino apenas comienza.
Te encontrarás con la incredulidad de la gente. Gente que te
dirá que eres muy joven o muy viejo para emprender, que no eres lo bastante
bueno, que no tienes experiencia, que no tienes “palancas” que te ayuden a
progresar, que necesitas buscar “un empleo de verdad”, que lo tuyo sólo son
sueños, gente que no estará de acuerdo con tus ideales al grado de disgustarse
contigo y llamarte “loco”.
Quizás habrá momentos en los que te sientas cansado,
frustrado, desesperado, momentos en los que desearás abandonarlo todo, tirar la toalla, momentos en
los que desearás no haber dejado tu empleo (si es que renunciaste) o tener uno si
es que te encontrabas en búsqueda de alguno anteriormente o has sido despedido.
No es suficiente con leer libros, asistir a seminarios,
pláticas motivacionales o ver videos, eso es sólo una parte, capacitarte e
invertir en tu educación es muy importante, pero sobre todo, el emprendedor
debe ACTUAR.
Emprender es entender que vas a dedicar tiempo de calidad a
planear estrategias de negocio, análisis de mercado, tendencias en el mercado,
el personal con el que trabajarás, la optimización de recursos, la
fiscalización, entre otros aspectos.
Emprender no es una
moda y si bien es cierto que todos tenemos la capacidad de emprender, no todos
están preparados para ello. Para mí el emprendimiento es una forma de vida, un
ideal para ayudar a más personas generando empleos y aportando un poco más a
obras altruistas.
Cuando me preguntan si realmente quiero vivir así, mi
respuesta no puede ser otra:
“Levantarme cada día con un propósito de vida, trabajar en mi pasión,
fortalecer lo que mejor sé hacer, impactar a miles, convertirme algún día en un
referente y que la gente me diga ‘gracias a ti, nunca me rendí’, retarme,
ponerme frente al fuego y saber de qué estoy hecha y ver que no soy la misma
persona de ayer, yo no cambiaría esta
sensación, no me arrepiento de la decisión que tomé. Mi mayor temor sería morir
como carbón cuando lo tuve todo para morir como diamante, llegar a la vejez con
un puñado de 'y si hubiera…'. Créeme que me dolería más no intentarlo, dar los
mejores años de mi vida a una actividad que no me apasiona y ajustar mis sueños
al nivel de un salario.
Sí, lo sé, es difícil, yo también me sentido bajoneada,
desmotivada y me he llevado frustraciones y decepciones a la cama, pero recuerdo
que el día termina en pocas horas y sé que al levantarme la vida me vuelve a
regalar un cheque de 24 horas para mejorar ese 1%, para aprender de los errores
y apalancarme en ellos, para hacer cosas diferentes cuando el resultado no fue
el esperado. No perdí, sino aprendí y aprender es crecer".
Yo creo mi propia realidad, soy fruto de mis decisiones,
estoy creciendo, aprendiendo, sigo viva y por tanto sigo en pie.
By: Mayte Ruiz Bustamante
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