¿Soy demasiado grande para aprender a tocar violín?

La primera vez que toqué un violín era una adulta de 25 años, es decir, hace poco tiempo. Tuve la intención de aprender a tocar el violín mucho tiempo antes y por múltiple factores, esto no me había sido posible. Mucho tiempo me lamenté por no haber comenzado antes, cuando aún era una niña o por lo menos una adolescente, sin embargo, al reflexionar me daba cuenta que muchas de las personas mayores que en algún momento tocaron violín ahora ya se han olvidado de su instrumento, lo cual me llevaba a pensar en que si hubiera estudiado de pequeña quizás lo habría podido abandonar al igual que mucha gente por la monotonía de la rutina o por sentir que tengo una obligación, en cambio desarrollarlo a una edad más adulta me hizo pensar que si estaba estudiando violín era por pasión.

Una pequeña anécdota viene a mi mente cuando caminaba por las calles de Cuernavaca (mi ciudad natal) y me encontraba en repetidas ocasiones con una señora que solía tocar el violín en las avenidas principales, su forma de tocar era hermosa y siempre me quedaba a admirar su música, hasta que un día me acerqué a poner algunas monedas en su estuche mientras le decía: “Qué bonito toca usted, a mí me gustaría tocar el violín así un día” -a lo cual ella contestó- “No, usted ya no podrá tocar el violín porque ya es grande para adaptarse, se va a descomponer su mano, el violín debe aprenderse a los 3 o 4 años, ya que los huesos son más flexibles y no hay ningún riesgo de hacerse daño”.

Escuché en silencio, mientras por mi mente pasaba una pregunta que no quise hacer, si es verdad que sólo a los 3 o 4 debemos comenzar a tocar violín, ¿qué pasará con toda esa gente que no tuvo oportunidad de ingresar a estudiar por múltiples razones, ya sea por falta de recursos, porque aún no descubrían que su vocación en la vida era ser músico, porque nunca tuvieron apoyo de sus padres o porque simplemente no había academias cerca de su zona y que ahora a una edad mayor quieran hacerlo porque les atrae el instrumento?  En lo personal se me hizo una afirmación exagerada pero aun así, tuve la fortaleza de pensar -gracias a que soy muy terca y cuando algo se me mete en la cabeza no me sacan la idea- “Pues así quede inservible mi mano, YO voy a tocar violín”.

Obviamente yo sabía que iba a ser muy difícil o imposible que me aceptaran en un conservatorio, pues ya rebasaba la edad, así que comencé a buscar maestros particulares (aclaro que siempre me daba miedo que me fueran a rechazar porque ya rebasaba los 20 o que me fueran a repetir que mi mano iba a descomponerse). Afortunadamente esto no pasó y pude comenzar a tomar clases de violín, sin importar que en mis clases por lo regular estaba rodeada de niños y jóvenes menores de 15 años.

Siempre había escuchado que el violín era un instrumento muy difícil (y no lo niego),  sin embargo, fue tanta la pasión con la que agarré el violín que vi progresos en poco tiempo y lo digo fuera de todo atisbo de vanidad, me ha costado mucho trabajo, pero creo firmemente que cuando sientes pasión por algo, esa misma afición te hace más fácil de recorrer el sendero. No voy a negar que he tenido mis altibajos, mis momentos de frustración, sin embargo, a lo largo de los años he comprendido que no todo el tiempo podemos estar motivados, que habrá momentos en los que no estemos de humor para hacer lo que nos corresponde y es por eso que debemos fortalecer la disciplina para hacer las cosas aunque no nos encontremos en nuestro mejor momento de inspiración.

Empezar de adulto y con esto me refiero aproximadamente a partir de los 20 años y ahí en adelante NO es un impedimento para aprender a tocar un instrumento; será más difícil SÍ en la medida en que como adultos con responsabilidades podremos contar quizás con menos tiempo (por trabajo o estudio), o porque podemos presentar menor predisposición a aprender, incluso hasta por sentir vergüenza o contar con bloqueos emocionales, quizás sea más difícil o doloroso adaptarse a las posturas ya que estos movimientos no nos resultan naturales y nos cuesta acostumbrarnos. También es importante aclarar que como adultos contamos con una apreciación musical mayor y que tenemos definidos nuestros géneros musicales favoritos, por lo cual podremos aspirar a tocar esa pieza que tanto nos gusta y al ver el grado de complejidad frustrarnos y sentir que no vamos a poder, mientras que tocar lo que se nos enseña no nos satisface o lo consideramos muy “básico”.

Mi conclusión es que sientes interés por algo, busques la manera de desarrollarlo. Nadie tiene asegurada la vida ni tenemos prometida una reencarnación, has las cosas que deseas con pasión. Tú no sabes si el día de mañana ese pasatiempo puede ayudarte a salir de un problema (ejemplo, he conocido personas a quienes una actividad musical, la pintura, o el escribir, les han ayudado a superar una depresión, ansiedad, déficit de atención, dislexia, etc.).

¡Un abrazo púrpura y vamos por esa vida maravillosa!

By: Mayte Ruiz Bustamante



Comentarios

Entradas populares