Para ti, universitario…
Hace pocos meses fui invitada a una reunión de egresados que
se realizó en la universidad de la cual egresé. Recuerdo muy bien ese día
porque fue algo muy especial, debido a que la maestra que me invitó fue una de
las mejores maestras que tuve durante mi carrera, hablando en términos
escolares y humanistas, así que recibir su mensaje fue una grata sorpresa, en
especial cuando pronunció esa frase que me hizo quedarme sin palabras: “Considero
que eres muy buen ejemplo para los estudiantes y me gustaría que pudieras estar
presente y compartir tus experiencias…” En verdad, no podía creerlo, la
felicidad desbordaba de mí a caudales, sin embargo, en ese entonces yo me
encontraba trabajando en otro estado y la reunión tendría lugar a mitad de la
semana laboral, es decir, un miércoles, por lo cual me fue imposible asistir a
dicho evento. Sin embargo, me quedé reflexionando sobre lo mucho que ha pasado
desde que entré a la universidad y también desde que salí y pensé sobre lo
afortunada que había sido al tomar ciertas decisiones que fueron benéficas y
otras decisiones que si bien no fueron las mejores, me brindaron experiencia y
trajeron consigo mucho aprendizaje. Si se me preguntara cuáles sugerencias,
consejos o recomendaciones le daría a un estudiante universitario, serían las
siguientes:
1. Aprende de todas tus clases. Punto. Así como lo lees. No te tragues ese cuento de que “no todo lo que ves en la carrera es importante”, porque si bien es cierto que en la mayoría de la educación hay mucho relleno y paja dentro de las matrículas, también es verdad que en la aplicación, una carrera no se basa únicamente en su conocimiento técnico, sino que se involucra a más áreas, como pueden ser las áreas administrativas, legales, de mercadotecnia, comunicaciones y logística (por mencionar solo algunas) y en la mayoría de los casos, a todo ese bagaje de competencias te encontrarás en el ámbito laboral, donde tu conocimiento se verá reflejado en el campo de acción, y yo en lo personal, no me imagino a un ingeniero proponiendo un proceso de producción o construcción sin tomar en cuenta los costos, la logística y la administración de recursos, ¿verdad?
2. Adquiere libros de tu carrera y ponte a
estudiar. Yo siempre he creído que la persona que desea fervientemente terminar
la carrera para no volver a tocar los libros y el estudio, tiene un grave
problema y no le auguro un buen futuro, por la simple razón de que el
conocimiento cada día va actualizándose y si tú no estás a la vanguardia,
quedarás obsoleto, pero no sólo eso, imaginémonos contratando a un egresado al
que no le gusta estudiar ¿qué confianza podría tener un reclutador al
contratarlo si no tiene interés de crecer más allá de sus propias limitaciones
y no podrá generar soluciones que involucren un conocimiento específico o
especialidad alguna? Este punto es el que marca la diferencia entre el
verdadero profesional y el que no lo es, el que estudia para la vida y el que
estudia para una calificación.
3. Aprende inglés u otro idioma, de preferencia con
demanda laboral, como lo es el francés, alemán, chino mandarín, japonés,
portugués, etc. Las razones sobran, solo basta ver que en un mundo cada vez más
competitivo y globalizado, las interacciones entre diversos países en términos
sociales, políticos, económicos e industriales son cada vez mayores.
4. Busca prácticas profesionales o trabajo de tu
carrera antes de salir. Incluso si se trata de medio tiempo, lo importante es
ir generando experiencia, no solamente en cuestiones técnicas, sino en cuanto a
relaciones laborales que en un futuro puedan abrirte más puertas.
5. Edúcate financieramente. Para mí, este sería el
consejo más importante de todos. Edúcate respecto a finanzas personales,
liderazgo, trato con personas, inversiones, ahorro, etc. Créemelo, la mayoría
de egresados solemos darnos de topes contra la pared cuando egresamos y no
encontramos trabajo, o cuando lo encontramos y lo perdemos, cuando no tenemos
idea sobre el uso de nuestros impuestos, cuando no estamos bien remunerados, e
incluso, cuando ganas muy bien y ni así puedes librarte de problemas financieros
debido a tus hábitos de gasto.
6. Invierte. Tomando en cuenta el punto anterior,
edúcate financieramente y comienza a invertir. No importa si por el momento tus
rendimientos son pequeños, lo importante es que tu dinero no esté perdiendo
debido a la inflación por tenerlo estancado en una cuenta en el banco. Aprende
a invertir, comienza con inversiones pequeñas y mueve tu dinero, de tal manera
que cuando salgas al mundo laboral no dependas únicamente de una fuente de
ingreso que en caso de perderla, te deje a la deriva.
7. Aprovecha los cursos y talleres que te brinden
durante las carreras y que puedan tener peso en tu CV, y es que no es lo mismo
meterte de oyente a un ciclo de conferencias (que también te sirve, puesto que
te brinda un panorama amplio de especialidades a las que te puedes dedicar) que
meterte a un curso o taller práctico que te genere conocimientos técnicos, por
ejemplo, en el caso de los ingenieros, saber SAP, AutoCad, ASPEN, antes de
salir a buscar tu primer empleo al egresar, puede generar un plus, pues es algo
que quizás muchos otros no poseen por el hecho de ser apenas egresados.
8. Aprende a relacionarte con la gente y a trabajar
en equipo. Creérmelo, lo necesitarán afuera.
9. Invierte en ti, trabaja en ti, en tu forma de expresarte corporalmente, verbalmente, mejora tu ortografía, pues uno nunca sabe cuándo vas a requerir hacerlo y además, nunca está de más hacerlo. Recuerda que la ortografía así como la imagen que des, son otra carta de presentación.
10. Corta tu cordón umbilical. Atrévete a salir de
la zona de confort que representa tu casa, tus padres, tu ciudad, recuerda que
la vida es corta y el mundo muy grande como para que te quedes estancado en un
solo lugar, además, el hecho de salir de tu casa, de tu ciudad e independizarte,
te forjará carácter y aprenderás muchas cosas más.
11. Ok, este punto es una opinión mía (es decir, muy
personal), puedes tomarla o no, cualquiera que sea tu respuesta, igual quisiera
recomendarla por si te sirve y gustas tomarla en cuenta. Si aspiras a tener un
trabajo “estable” de gobierno, yo te sugiero que antes de eso, consigas un poco
de experiencia en el sector privado, y esto lo digo con bases y espero no me
malinterpretes. Te cuento, yo soy de México, y al menos aquí los puestos de
gobierno son conocidos comúnmente como “puestos muy cómodos” debido a todas las
prestaciones, servicios, vacaciones, aguinaldos y sobre todo, horarios (en su
mayoría, medio tiempo de lunes a viernes) que se les dan a los servidores
públicos, lo cual hace que mucha gente recurra a estos puestos por la comodidad
de horario (por favor, no me malinterpretes si eres funcionario público, estoy
hablando en general, pues yo sé que también trabajar en un despacho con mucha
gente y trámites es demandante y estresante) y cuando quieres migrar de un
sector de gobierno a uno privado es muy difícil, pues en su mayoría, el sector
privado suele manejar horarios aún más demandantes y si por ejemplo, a las
14:00 h no has concluido tus deberes, te quedas a terminarlos, o te quedas
hasta que salga el último cliente, etc., ¿ves por dónde voy? En mi poca o mucha
experiencia, me he dado cuenta de que pude aprender más en el sector privado
que en un puesto de gobierno y esto se debe entre otras cosas a que las
empresas privadas (especialmente las trasnacionales) tienen una forma de
trabajo diferente, al mismo tiempo que comienzas a tratar con varios rubros
involucrados a la vez, pues puedes trabajar en un laboratorio microbiológico y
saber lo que pasa en un laboratorio de control de calidad, en el departamento
de compras, de recursos humanos, almacén, producción, etc. Además de que estoy
casi segura que aprenderás a lidiar aún más con el estrés.
12. Aprende algo de derecho y cuestiones legales. Nunca
está de más. Aprende por lo menos las nociones básicas y no por el hecho de que
algún día debas requerirlo (lo cual también es importante decirte), sino
también para que no te agarren desprevenido ante una situación de índole
laboral, además de saber y comprender cómo operan los marcos legales para
futuras acciones. No tienes que memorizarte la constitución mexicana, pero sí
sería muy bueno que de vez en cuando estés al tanto de las políticas y reformas
de tu país, así como de tus derechos laborales y si llegas a un puesto de
compras/ventas/costos, etc., por lo menos conocer sobre el derecho mercantil y sin
importar tu área, por supuesto, sobre los impuestos que pagas.
13. No le tengas miedo a la tecnología. Actualízate,
ya no estamos en la era industrial, sino en la era de la informática.
Espero que estas recomendaciones te sirvan y lo
escribo de corazón. Me hubiera gustado que a mí me hubieran dado estos consejos
mientras estaba estudiando, sin embargo, me ha tocado aprenderlo sobre el
camino y sobre tropiezos. Aun así, yo soy de la idea de que cuando alguien se
forjó en el camino, ya sea con carencias o con fracasos y frustraciones,
nuestro deber social debería ser auxiliar a quienes vienen abajo para que no
pasen por la misma situación. No se trata de pensar en que “si a mí me pasó,
que también a ellos les pase para que aprendan” o “si yo así me realicé, ellos
también podrán”, yo creo que el ser una persona estudiada debería ser motivo
para ayudar a otros a que no pasen por las mismas carencias o deficiencias,
esto no es una competencia, seamos empáticos… Ahora que si ya llegó alguien
dispuesto a ayudarte y rechazas la ayuda o bien, piensas que serás joven toda
la vida y que te irá bien, pues no hay mucho que se pueda hacer.
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