LAS SOCIEDADES DEL APRENDIZAJE
La expresión “sociedad del aprendizaje” (learning society) se refiere a un nuevo tipo de
sociedad en la que la
adquisición de los conocimientos no está confinada en las instituciones
educativas (en el espacio), ni se limita a la formación inicial (en el tiempo).
En
un mundo cada vez más
complejo
en el que todo individuo puede verse obligado a ejercer varias profesiones en
el transcurso de su existencia, es indispensable seguir aprendiendo a lo largo
de toda la vida.
“La educación ha dejado de ser el privilegio de una elite y de
estar vinculada a una determinada edad; tiende a ser coextensiva a la vez con
la totalidad de la comunidad y con la duración de la existencia del individuo”. Informe
faure
(1972)
En estudios publicados a
principios del decenio de 1970 ya no se centraba la atención en quienes poseen el
conocimiento, sino más bien en
aquellos que tratan de adquirirlo en los sistemas formales de educación y
en las actividades profesionales, o mediante la educación no
formal e informal,
en la que la prensa y los medios audiovisuales desempeñan un papel importante.
¿Nos encaminamos hacia una cultura de la innovación?
Los conocimientos, las técnicas y las
instituciones corren cada vez más el riesgo de que se los tache de obsoletos.
Actualmente la propia cultura se construye basándose más en el modelo de la creatividad y la renovación que en el
modelo de la permanencia y la reproducción.
Resulta esencial determinar en qué medida la búsqueda constante de
la novedad puede sentar bases duraderas y tener en cuenta las perspectivas a
largo plazo, sin desecharlas en beneficio de la rentabilidad y la moda a corto plazo.
Las
sociedades del aprendizaje tienen que afrontar forzosamente en el siglo XXI un desafío de envergadura: armonizar la cultura de la innovación con una visión a largo plazo.
Los
empleos del futuro se caracterizarán cada vez más por la producción, el intercambio y la trans- formación de los conocimientos.
Nuestras
sociedades estarán plenamente inmersas en la asimilación de una oleada continua de nuevos
conocimientos. La demanda de conocimiento será mayor que nunca, pero sus
modalidades cambiarán.
Ya
no se tratará de poseer una formación para desempeñar una actividad específica que corre el riesgo de volverse rápidamente obsoleta a causa del progreso científico y tecnológico.
En
las sociedades de la innovación, la demanda de conocimientos
estará en relación con las necesidades constantes
de reciclaje.
Incluso
la formación profesional tendrá que
evolucionar forzosamente. Hoy en día, un título académico es ante todo una calificación social.
La
cultura de la innovación impondrá que en el futuro los títulos académicos lleven una fecha de caducidad, a
fin de contrarrestar la inercia de las competencias cognitivas y responder a la
demanda continua de nuevas competencias.
Aprender, un valor clave de las
sociedades del conocimiento
El fenómeno del aprendizaje está destinado
a generalizarse en nuestras sociedades a todos los niveles, y también está llamado a estructurar la organización del tiempo, el trabajo y la vida
de las instituciones.
Esa
evolución ilustra un cambio de paradigma:
por una parte, la educación o el aprendizaje ya no se
limitan a un espacio-tiempo determinado y definitivo, sino que deben continuar
a lo largo de toda la vida; y por otra parte, el ser humano vuelve a ocupar un
lugar esencial en la adquisición y comunicación permanentes de los conocimientos.
Los textos escritos distan mucho de
haber desaparecido con el uso de la pantalla.
En efecto, una gran parte de lo que se
visualiza en ésta es
de índole
textual.
En cambio, el desarrollo del
hipertexto y la combinación
cada vez más
frecuente del texto con otros elementos (imágenes,
sonidos, etc.) provocan una evolución
de lo escrito que modifica el propio acto de leer, así como las formas de
escritura, ya sea literaria o científica.
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